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lunes, 12 de diciembre de 2016

Conspiración en el Vaticano: un cardenal reveló una trama secreta para reemplazar a Benedicto XVI por Francisco



En la tercera y última película de la saga del "El Padrino", Al Pacino baja, furioso, las escalintas del Palacio Vaticano:

–¡Volvieron los Borgia! (alusión a la más poderosa y corrupta familia del Renacimiento)

Pacino no es un santo varón. Es un mafioso y un criminal.

Sin embargo, su furia obedece a que, pese a la fortuna que ha donado al Vaticano para lavar su pasado, aun tiene opositores.


. En realidad, antes de esa escena –no tan ficcional, a la luz de lo que vendría–, la Ciudad de Dios arrastraba un pesado fardo de escándalos: la logia P2, dirigida por el mafioso Licio Gelli, amigo del ex presidemte argentino Juan Domingo Perón y su mano derecha, José López Rega, los enjuages "non sanctos" del Banco Ambrosiano, al servicio de las peores causas, y la sospechosa muerte, apenas a los 33 días de asumir como Juan Pablo I, de Albino Luciani, llamado "el papa de la sonrisa".


Pero adelantándonos a tiempos más actuales, y cualesquiera sea la fe de los creyentes (ciega o tuerta, cerril o racional), la evidencia prueba que las bombas del escándalo cada vez pican más cerca de los solemnes atrios


Y para colmo, encarnadas en el más repugnante de los delitos y pecados: la pedofilia, el abuso sexual de los menores, excecrado en los cuatro testamentos: "Más le valiera a quien escandalizara a un niño que arrojarse al mar con una piedra de molino al cuello", coinciden Cristo y los cuatro evangelistas.


Sin embargo, como si la pedofilia fuera la única sexualidad de la Iglesia, y no la mística, la elevación sublime, el matrimonio con Jesús, los casos salen a la luz, rotundos. Desde el film "Spotlight", que desenmascaró a casi un centenar de curas pedófilos en Boston, hasta la provincia argentina de Mendoza, y múltiples lugares, y denuncias casi cotidianas. Con la amarga frutilla del postre: los cuatro libros encargados por el papa Francisco a un jurista… en defensa del cura pedófilo Julio César Grassi, condenado a quince años de prisión en el país natal de Jorge Bergoglio y rogando que se abra el paraguas de la Corte Suprema.

Dicen que siempre que llovió, paró. Pero no en este caso…


Acaba de parecer un libro bomba. Sus autores: Jürgen Mettepennigen y Karim Schelkkenf. Se trata de la biografía aurorizada del cardenal emérito de Buselas, Godfried Danneels. Que desde el vamos reconoce que él y otros cardenales "unidos por el deseo de modernizar la Iglesia, formaron un grupo de presión (usa la palabra "mafia") para impedir la elección de Benedicto XVI –el cardenal alemán Joseph Ratzinger–, y si la maniobra fallara… forzar la maquinaria hasta hacerlo renunciar.


Dicho y hecho. Benedicto XVI renunció a la Silla de Pedro en febrero de 2013, luego de ocho años de irreprochable papado. Dimisión rarísima… El primer pontífice que tomó esa decisión en el último milenio.


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